6 LOQUILLO Y TROGLODITAS Los años convulsos (1981-2008)

Entre el verano y el otoño de 1992, Loquillo y su banda se recogen en Lasarte para dar forma a su siguiente entrega discográfica, que terminan de perfilar en un viaje a Nashville.
"Mientras Respiremos" (1993) es la calma que viene después de la tempestad. Después de la explosión de ansiedad y el desorden emocional que se desprendía de la anterior –y sin embargo sensacional– entrega, el sonido de este disco es mucho más pausado, maduro, más country. Es lo que pasa en España, que cuando maduramos hacemos “un disco de country sin olvidar las raíces rockeras”. En el disco se incluían tres versiones, la “Balada para un viejo sombrero” de Aurelio y Los Vagabundos, la brillante “Maldigo mi destino”, de Los Sirex, y la adaptación al castellano del clásico de Johnny Cash, “El hombre de negro”, realizada por Gabriel Sopeña. Los compositores son Fecé, Puigdomenech y el propio Sopeña, que en su capacidad de convicción es el Gram Parsons hispano que Loquillo usa a imagen y semejanza de los Byrds en Sweetheart of the rodeo. Sopeña les hace abrazar el folk, el country y el rock sureño. Además, les entrega la segunda mejor canción del disco, la excelente “John Milner”. Por otro lado, hay sitio para canciones más sencillas, para el rhythm & blues de bar que aparece en "Mientras respiremos", “El renegado (sin esperanza de vuelta)” o “Cuentas pendientes”, y también para la canción francesa, con “La Cofradía”.
La polémica hizo su aparición, curiosamente, con la mejor canción del disco, “Los ojos vendados”. El tema está inspirado en la historia real de un amigo abertzale de Loquillo, que sufrió torturas policiales tras una detención en el País Vasco. La canción vino acompañada de un vídeo realizado para Amnistía internacional, que algunas televisiones se negaron a emitir. La canción fue, en resumen, censurada por el poder fáctico español y la industria, que sin llegar a los límites surrealistas de Tipper Gore y el PMRC en Estados Unidos, dio en esta ocasión una muestra de su estrechez de miras y de eso que algunos bichos raros y leprosos pintorescos llamamos “el fascismo imperante en España”.
Musicalmente, Loquillo y Trogloditas en este disco dan otro salto, dejándose llevar por la cuesta de los estilos que van a seguir en el futuro, dando la sensación de haber encontrado la fórmula que mejor les va. Es, sin lugar a dudas, su disco mejor producido y muy probablemente su cota más alta.
En esta gira fue cuando les vi por primera vez en directo. Fue en la fiesta del PCE de 1994, y se trata de uno de los conciertos más míticos que he presenciado jamás. Comenzaron el concierto con “Maldigo mi destino”, Xavi Tacker apareció ataviado con traje y sombrero, y se parecía mucho al Joe Perry de Aerosmith en la era de Get a grip. Tocó como los ángeles aquella noche, en la que sonaron todos sus grandes clásicos en un ambiente festivo.
Los problemas, sin embargo, se sucedieron: al poco de empezar la gira, Jordi Vila abandona la banda por sus problemas con la heroína, y Xavi Tacker sufre un accidente que le impide seguir tocando en concierto, lo que da pie a su salida definitiva de la banda, con filtraciones de que la auténtica causa era la heroína. La sensación que tengo respecto a este disco y esta gira es que fue el principio del fin para los Trogloditas, después de entregar el que para mí es su mejor disco. Algo parecido a lo que siempre he pensado de la gira de los Illusions del 93. Algo se queda en el camino cuando los Sabino Méndez y los Izzy Stradlin de la vida abandonan el barco.

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