FETITXE. Acortando distancias




"Lo que nos está dando 
'Distantzien artean' es increible"



La historia de Fetitxe podría quedar resumida en una simple expresión: todavía queda recompensa en el rock. El cuarteto de Arrigorriaga surgió del lejano sueño de tener una banda y emular a sus ídolos. Tras muchas conversaciones nocturnas regadas por la cerveza, surgió Fetitxe. Tras cuatro años de local la formación cuenta con una maqueta y un primer disco, "Distantzien artean", que los ha puesto en boca de mucha gente gracias a la madurez que desprende pese a ser todavía un disco de debú. La secuencia de los hecho es la siguiente: segundos en el Villa de Bilbao metálico, banda confirmada para el Azkena Rock Festival 2017, actuarán en Bilborock dentro de Aste Nagusia y, esta noche, es la banda invitada por HighLights para calentar el ambiente en la gran fiesta de presentación de su primer larga duración titulado "Shine On",

 
FETITXE
Distantzien artean
(2016)

Existen primeros discos y primeros discos. Primeros pasos por el estudio en los que todo se ha precipitado en exceso y en los que los tiempos de la lógica no se han respetado, desembocando en un compendio de desajustes que a menudo lastran la carrera de una banda joven. También existen los debús sospechosos en los que todo suena de maravilla pero siempre manteniendo un halo sospechoso que termina por desatarse cuando se presencia un directo y nadie da el nivel. Hay debús mediocres porque quien los graba no alcanza o porque lo que se tiene que decir es poco y mejor hubiese sido estar callado. Y luego, siendo paciente y manteniendo la ilusión por lo auténtico, están los debús discográficos como los de Fetitxe.

El cuarteto de Arrigorriaga ha respetado los tiempos y ha aprendido a caerse y levantarse en numerosas ocasiones. Jamás se ha metido en fregados de los que quizá no podía salir. Algún lejano día de 2012 se metieron en un trastero a crecer como banda. Hace dos años empezaron a recopilar letras. Pasaron por algunos concursos. Se patearon un buen puñado de locales y plazas en fiestas. Y ahora, por fin, tienes entre tus manos “Distantzien artean”, el primer disco grande de Fetitxe, autoproducido, con olor a ética de trabajo y con el rojo de su propia sangre matizando la preciosa portada.

Cierto. Ellos afrontaron ser una banda partiendo desde el sonido stoner. Lo curioso es que ahora que sus primeras canciones han visto la luz tras pasarse unas semanas grabando con Xanpe, el stoner está pero definitivamente no lo es todo. El disco guarda un particular equilibrio entre el riff clásico del hierro de Birmingham, la revisión que Kyuss hicieron en el desierto de California y el presente de bandas que poco o nada tienen que ver con el stoner. Aparte de matices que son difíciles de explicar pero que están ahí.

Pongo de ejemplo “Barkamena”. Riff mortuorio, densidad, épica, atmósfera, calma tensa y explosión. Como si alguna vez Faith No More se hubiese quedado en el riff de Black Sabbath más tiempo del que se quedó jamás. En “Coyote” está más claro y tendrás que masticar los granos de arena del desierto que se te metan en la boca a modo de Kyuss o Queens of the Stone Age. En “Gerlariak” hay de todo, desde el típico riff grueso de banda de género hasta una cúpula imaginativa cercana a unos Amplifier. No es cuestión de desgranar canción a canción. En gruesos trazos, el disco es un cruce de épica contenida, de ramalazos de rock sureño distorsionado y electrificado (Down, Alabama Thunderpussy), de estructuras definidas y de pasión ilusionante.

“Distantzien artean” es un debú que no deja de serlo pero que definitivamente lo es sin ser culpable antes de nacer ni sospechoso como una profecía que se autocumple. El primer disco de Fetitxe es el el primer paso ideal. Con numerosos aciertos en modo de apuntes sobre los que habrá que seguir apuntalando el particular sonido del cuarteto. Un reto tan complicado como apasionante tras un debú tan interesante y equilibrado como “Distantzien artean”.

Izkander Fernández
     



¿Cómo se digiere que te pasen tantas cosas en tan poco tiempo?
Aitz: Pues lo vivimos como un cúmulo de emociones. No esperábamos que nos pasase todo esto. En nuestra intención estaba avanzar un poco y llegar más lejos de lo que estábamos pero no esperábamos llegar tan lejos. Estamos muy contentos y tratamos de disfrutar mucho de lo que nos está ocurriendo.

Ekain: Lo estamos viviendo con mucha intensidad. Quién nos iba a decir a nosotros que íbamos a llegar a todo esto. Y ahora, esto que estamos viviendo es real y hay que responder con intensidad y ganas de demostrar lo que tenemos y de defender nuestra propuesta.

Jon: No ha pasado ni un año desde que salió el disco y lo que nos está dando "Distantzien artean" es increible. No obstante, pensamos que todavía le queda mucho recorrido.

¿Da miedo que venga un parón a modo de un espacio de tiempo en el que no ocurra nada?
Ekain: Estamos concentrados en el presente y casi no pensamos en lo que vamos a hacer mañana así que no creo que tengamos miedo.

Aitz: Tenemos un montón de ideas en mente para cuando llegue ese momento así que puede que incluso lo pudieramos coger con satisfacción. A veces bajar el pistón para centrarte en hacer cosas buenas puede venir bien.

Jon: Llevamos poco tiempo con todo esto y desde abril que sacamos el disco o desde febrero que empezamos a grabar apenas hemos tenido tiempo de mirar atrás. Es verdad que si no estás y no apareces es peligroso para un grupo como nosotros pero también somos conscientes de que todo llegará y de que es imposible librarse de eso.

¿Cómo vivisteis el Villa de Bilbao donde lograsteis el segundo puesto?
Ekain: Como soñar despiertos en un sueño tremendamente intenso. No podíamos imaginarnos que iba a ocurrir todo lo que ha ocurrido. Entrar ya en semifinales fue una sorpresa y para cuando nos metimos en la final ya empezamos a darnos cuenta de lo que estaba ocurriendo.

Aitz: Ha sido algo progresivo. Nos presentamos porque es un concurso preferente y al final quieres estar ahí. Teníamos en mente los premios y la repercusión pero nos presentamos sin ningún tipo de aspiración. Luego, como ha dicho Ekain, según íbamos pasando etapas, empezábamos a creer en nuestras posibilidades de hacer algo. Más cuando estábamos ya en la final en la que como poco éramos terceros.

¿Se nota que viene un empujón cuando quedas segundo en el Villa?
Jon: Es un concurso referente que está bien cubierto por los medios y hemos salido bastante bien parados en las crónicas que han ido saliendo publicadas. Ha sido un empujón que nos ha ayudado a abrir nuestro campo de acción como banda.

Aitz: Notas que ha tenido repercusión porque incluso la gente que no confía en tus posibilidades o que no te valora se entera de lo que has hecho. 

Ekain: Nuestra propia idea de maduración de lo que es Fetitxe también ha sufrido un empujón. Las críticas buenas, las malas todo, nos ha servido para saber dónde estamos y por dónde queremos seguir.

¿En algún momento os visteís un poco fuera del Villa de Bilbao metálico debido a vuestra propuesta musical?
Jon: Al principio igual tienes un poco de vértigo por ver cómo llegas a la gente pero en definitiva creo que no hemos salido mal parados. Hemos estado en el Villa dentro de la sección metal, rodeados de bandas con un sonido más extremo que el nuestro y también hemos estado en Gure Bazterrak donde las propuestas eran más relajadas y hemos visto que podemos encajar en las dos y eso es algo que nos tranquiliza mucho.

También habéis tenido éxito en el certámen Gure Bazterak.
Jon: Sí, enviamos una promo y les gustó. Tenían que elegir cuatro finalistas pero al final se quedaron sin uno de ellos y eramos el primer repuesto. Luego como el premio era una actuación en un festival indie a nosotros nos premiaron con una actuación en el próximo KAOM Fest de Donostia. 






¿Lo mejor del premio del Villa es tocar en el Azkena Rock Festival?
Aitz: Es un gran premio que quizá valoramos más que el económico, que nos viene de maravilla. Al final vamos a estar en boca de mucha gente primero por el premio y luego porque vamos a estar en el cartel del Azkena y eso es algo muy beneficioso para nosotros.

Jon: Es la culminación de lo que nos ha dado el concurso. Hemos sentido presión como banda, hemos conocido a otras bandas muy interesantes, hemos visto Bilborock lleno dos noches en las que tocábamos nosotros, nos plantamos en la final, quedamos segundos y, encima de tener un premio económico, actuamos en el Azkena.

Ekain: Se suma al reconocimiento que recibes y a la satisfacción que sientes por tu trabajo, por salir al escenario a darlo todo con actitud e intensidad.

¿Sois fans del festival?
Jon: Sí, casi desde los inicios. No desde la primera o la segunda edición pero luego hemos estado ahí juntos muchas veces disfrutando de grandes conciertos y grandes bandas y, además, viviendo unas juergas y unas charlas muy intensas.





El jueves sois la banda invitada de HighLights para el concierto de presentación de su primer larga duración. ¿Nervios?
Ekain: Excitación, nervios.... insomnio según se acerca la fecha. Pero sobre todo con una ilusión y unas ganas terribles porque tenemos el privilegio de acompañar a HighLights y encima en el Kafe Antzokia. Tenemos que ir allí y dar lo mejor de nosotros mismos para luego poder recordarlo y disfrutarlo una y otra vez.

Aitz: No pienso mucho en los días previos al concierto. Luego el día de actos pues sí que estaré nervioso hasta que termine de tocar. Pero los precedentes que hemos vivido dicen que cuando tocamos ante mucha gente la cosa sale bien. Porque el nivel de concentración es bueno o por motivación pero la tendencia es a que lo hagamos mejor que en conciertos más íntimos. Esos antecedentes nos dan cierta tranquilidad.

Y llegais al Antzoki. Una sala mágica y trascendental en la mística del rock vasco de las últimas dos décadas. ¿Qué preferís más, Antzoki o Azkena Rock Festival? 
Jon: Son cosas diferentes. Si hablas con gente sobre el rock vasco reciente o con bandas de la escena y le hablas sobre lugares de culto en los que actuar, el Kafe Antzokia de Bilbao saldrá de los primeros. El Azkena va a ser otra cosa, sabemos que tocaremos sobre media hora a las cinco de la tarde y con un público estático que no te conoce y que probablemente estará pendiente de más cosas. Sin embargo el Antzoki va a ser diferente y creemos que va a ser una gran fiesta de rock.

¿Qué es HighLights para vosotros?
Aitz: Ante todo amigos. Un gran descubrimiento tanto a nivel personal como a nivel musical. Aunque a nivel musical no es ningún descubrimiento porque les conocemos desde que eran muy jóvenes, haciendo versiones en la plaza de nuestro pueblo y flipábamos. Luego les hemos ido conociendo en persona y ha sido toda una suerte. En los pueblos más o menos pequeños donde conoces a todo el mundo siempre hay riesgo de entrar en rivalidades entre bandas y cuestiones similares pero es algo que con HighLights es imposible que te ocurra. Son gente muy humilde que pese a tener un gran nivel apenas se les nota y, al contrario, siempre están dispuestos a echarte un cable para lo que sea.

Ekain: Son como una banda hermana. Gente de casa. Cercana. Y en el tema musical sentimos un respeto tremendo por lo que hacen. Además, ellos siempre nos han animado a defender lo que tenemos y eso siempre es de agradecer.

¿Pasa algo en Arrigorriaga?
Ekain: Creo que sí. Hay afición y hay cultura. Hay una academia por la que ha pasado mucha gente y sigue pasando y además existe una tendencia de formar bandas y tocar en directo. Estamos HighLights, Boogie Riders y nosotros pero existen otras siete u ocho bandas y encima de estilos muy diferentes porque al final hay de todo. 

Aitz: El germen principal de toda la movida de Arrigorriaga salió de la Academia Artizarra y de su profesor de guitarra. Que ha sido el que poco a poco nos ha ido metiendo a todos en el tema del rock y las guitarras. El 90% de los guitarristas del pueblo hemos sido alumnos suyos y ha influido muchísimo.

Jon: Es algo que además se ha ido cociendo poco a poco y ahora se ve como una explosión que además en el futuro seguirá creciendo porque en Artizarra sigue habiendo gente joven aprendiendo a tocar y ahora esos futuros músicos tienen referentes en los que fijarse sin salir de su propio pueblo.








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