ARENNA. Interestelares.




"Nuestro objetivo es que la música te atrape".



Arenna es un grupo de Gasteiz de rock erosionado. Gélido por la noche, abrasador por el día. Sus discos y sus canciones son pinceladas a un cuaderno de viaje interestelar. Una oda al fluir de los sueños y los pensamientos. Una invitación a recluirse en la aventura de escuchar stoner rock en eterno baile con la sicodelia. Estos días publican sus segunda obra, "Given to Emptiness". Ante ella solo cabe rendirse y perderse en sus surcos. En el camino que marca. En ese efímero sendero hacia la eternidad.


ARENNA
Given to Emptiness

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"Given to Emptiness" no es un disco al uso. Es una aventura. Una bitácora de viaje. Una invitación a perderse en submundos mentales, en estados de ánimo confusos, en sueños placenteros. Es como si el oyente despertase en un mundo natural, repleto de vegetación, montañas, lagos y gigantescas praderas. Pero un mundo en el que apenas hay vida. Quizá un caballo como medio de transporte. Quizá unos pequeños reptiles con los que alimentarse. Ni rastro de más humanos salvo algunos vestigios de que alguna vez hubo algo. Pero algo arcaico. Murallas. Castillos. Torres. Pirámides. Puentes. Templos. Construcciones que entendemos pero que no llegamos a abarcar. Elementos que somos capaces de percibir y sentir pero que no somos capaces de explicar. Así, si "Butes" es un extraño templo de piedra caliza que nace de las entrañas del planeta como una pretuberancia, si "Butes" es el lugar en el que despertamos y recibimos la invitación a explorar y naufragar por el basto abanico geográfico que se abre ante nuestros ojos, "Visions of Rex" es el puente que nos ayudará a atravesar un lago de color rojo que irradia calor. "Drums for Sitting Bull" es una piramide derruida en la mitad de un desierto en el que el viento va y viene a fogonazos, ora sofocantes, ora heladores. "Chroma" es un muro por el que escalar hasta llegar a lo alto de una fortificación en las que uno puede divisar todo lo que le rodea creándole un sentimiento contradictorio. La belleza está en cada golpe de batería, en cada línea de bajo, en esas extensas guitarras que ni conocen el silencio ni abrazan el ruido. Cae la noche, la temperatura se templa hasta alcanzar una calidez irreal, lejos, en la noche, vemos unas luces, "Move Through Figurehead Lights", es como si unos seres ancestrales caminasen en procesión. Corremos tras las lejanas antorchas pero cuando llegamos simplemente están más allá. Siempre lo están. Son un espejismo, bello y oscuro. Pero esquivo y traicionero. "The Pursuer" marca un nuevo amanecer en el que encaramarse a nuestro caballo y galopar libres por las verdes praderas mientras el sol nos calienta y una suave brisa nos refresca. Dándonos un equilibrio sensorial perfecto. Es entonces cuando a lo lejos vemos los destellos de una hermosa ciudad dorada. Sentimos miedo, puede ser un simple espejismo. Seamos quienes seamos, sea cual sea nuestra maldición, ya nos ha quedado claro que aquí no hay nadie más que nosotros mirándonos a un espejo que nos devuelve figuras y formas de extraños colores que en ningún caso encajan con nuestra esencia corpórea. Según llegamos al espejismo de oro, nos damos cuenta de que en realidad hemos vuelto a nuestro punto de partida, "Low Tide". El templo que atraviesa las carnes del planeta está de nuevo ante nosotros. Exaustos, sentimos la necesidad de volver a reposar en el mismo lugar en el que nos despertamos la primera vez. Sabedores de que volveremos a despertarnos sin recordar nada. Conocedores de que la siguiente vez que dejemos caer la aguja sobre los surcos de "Given to Emptiness" el viaje, la exploración, la soledad gratificante y la melancolía inevitable volverán a ser nuestros compañeros de viaje en un viaje eterno.

"Given to Emptiness" es un disco al que no puedes enfrentarte con juicios absolutos. Posiblemente ni siquiera sea un disco. Es más una experiencia, extraña pero tremendamente placentera. Si aquí fuese una nota, si un simple número tratase de enmarcar en valores absolutos el placer que produce Arenna en su segundo trabajo de estudio, este tendería al infinito. Ese misterioso infinito que nos obliga a ser vagabundos y exploradores a la vez. Pero como ya no usamos números, te diremos que lo pinches, que cierres los ojos y que te despiertes en ese extraño templo de piedra caliza. Ve y ven. Despierte, duerme y despierta. Pero sueña. Siempre.

Txus Dr. Sax voces
Guille batería
Kike guitarra
Rober guitarra
Javi bajo



Mayo 8
+ CUZO
+ RADAR MEN FROM THE MOON

ROCKSOUND
Barcelona




Mayo 9 
+ SONORA
+ THE DUST BOWL
LA LEY SECA
Zaragoza

Mayo 30
+ SAME OLD
HELL DORADO
Gasteiz



























¿En un principio los miembros de Arenna podían sospechar hacia donde viajaría su música?
Como grupo nos gusta vivir el presente, intentar disfrutar y no plantearnos demasiado el futuro, ni musicalmente ni en otros aspectos. En la génesis la idea era divertirnos haciendo música densa, con riffs graves y repetitivos, pero no exenta de melodía. Y creemos que seguimos en ello. Obviamente, con el paso del tiempo eres capaz de manejar mejor hacia dónde quieres ir, a la vez que te vas haciendo más “permeable” a otros sonidos. Poco a poco nos ha ido calando más el lado psicodélico e improvisado de la música, que cruzado con los sonidos más monolíticos iniciales nos ha llevado hasta este punto actual. En cualquier caso, como decíamos antes, no nos planteamos hacia dónde queremos ir musicalmente. Simplemente van surgiendo las ideas y la única criba es que nos guste o no, independientemente de que mantenga un supuesto sello de identidad.

“Beats of Olarizu” funcionó bien. Tuvisteis mucho movimiento. Giras, Red Fang….
Sí, los primeros sorprendidos por la repercusión fuimos nosotros. El planteamiento fue el mismo que el actual: hacer música que nos divierta tocar, que nos guste escuchar y de la que nos sintamos satisfechos nosotros mismos. A partir de aquí, y una vez grabada, ya no depende del grupo sino de factores externos en los que apenas podemos intervenir. A raíz de esa cierta repercusión se nos abrieron algunas puertas a nivel de directo. Además de seguir peleando como hasta entonces por tratar de conseguir bolos, empezamos a tener peticiones para tocar sin previamente haberlas buscado. Surgió la posibilidad de tocar en un festival como el “Stoned from the underground” en Alemania y montar una pequeña gira europea alrededor de él, pasando a compartir escenarios con gente a la que admiramos y vivir la experiencia de tocar varios días seguidos. Tras la vuelta a casa parece que se te valora de otra forma y se siguen abriendo puertas.

Cuando se dice que os ayuda a ser conocidos fuera del Estado, ¿Conocido a qué nivel?
Obviamente a nivel “underground” y siempre dentro del mundillo de los estilos en los que nos movemos. Una de las claves es que el disco se edita en un sello alemán (Nasoni Records), pequeño e independiente pero con cierto recorrido dentro del rock y la psicodelia. Esto supone un escaparate para nosotros fuera del Estado, nos facilita salir a tocar allende los pirineos y meternos, aunque sea levemente, dentro de la “rueda”.

Cuatro años desde “Beats of Olarizu”. ¿Alguna anomalía? ¿Simplemente paciencia y trabajo?
La principal anomalía es que nos lo tomamos con calma. Por un lado, no somos especialmente prolíficos a la hora de crear; nos gusta ensayar, improvisar … pero sin una obsesión por crear canciones rápidamente. Esto no deja de ser un hobby; algo que nos tomamos muy en serio pero hobby al fin y al cabo. El grupo no nos da de comer y la mayor parte del tiempo la tenemos que emplear en ganarnos las habichuelas, como casi todo el mundo. Por otro lado, a raíz de la repercusión del disco hemos tocado mucho en directo. 2011 y 2012 fueron años intensos en este sentido y cuando quisimos centrarnos en el nuevo disco surgieron nuevas peticiones para directos a los que no podíamos decir que no. Unido a esto han surgido problemas laborales, de salud, paternidades, …



Bien, “Given to Emptiness”. ¿Cómo es este disco respecto a “Beats of Olarizu”? Diferencias, planteamientos…
Creemos que en este nos hemos separado un poco del “culto al riff”, sin olvidarnos de él por supuesto, y nos hemos acercado a crear más ambientes e introducir más matices en los temas. También hemos querido jugar más con las intensidades y las dinámicas. Los temas han sido mucho más trabajados una vez ya estaba la base de los mismos. De hecho, algún tema puede tener tres años desde que se creó, sin que estructuralmente haya variado demasiado. En conjunto posiblemente sea más luminoso o menos oscuro que el anterior pero también menos directo y requiera más atención a escucharlo.

Estudio Brazil y Javier Ortiz.
Grabar con Javi en Brazil fue una gozada. Técnicamente, tanto el estudio como Javi, y la gente que trabaja con él son de un nivel alucinante y el trato y el entendimiento fueron estupendos, lo que devino en una semana muy agradable. Grabamos las bases juntos en directo y en analógico (baterías, bajos y guitarras). Posteriormente se grabaron solos y arreglos (acústicas, mellotrones, theremines...) y paralelamente las voces y coros. Algunos en analógico y otros en digital por falta de pistas. De supervisar todos los aspectos técnicos y hacer las labores de producción estuvo José López Gil, con el que ya trabajamos en “Beats of Olarizu” y que es otro profesional increíble. Una vez grabado todo, José se encargó de todo lo relativo a las mezclasen su propio estudio (Sound Experience Studio). Finalmente esas mezclas las pasó por otra mesa analógica en los Estudios K de Iruñea, realizando la mezcla definitiva. Como guinda se hizo la mastererización para cd y vinilo en Golden Mastering en California.

¿Cuánto de “viaje” tiene “Given to Emptiness”? Es como si cada tema requiriese un ejercicio de exploración sensorial.
Así lo vemos. Esa evolución, inconsciente en buena medida, de la que hablábamos antes nos ha llevado musicalmente a intentar que viajes con o dentro de la canción y, por ende, del disco. Nuestro objetivo, como creadores y como oyentes, es que la música te atrape y te dejes llevar por ella a la par que despierta tus sentidos.

Es indudable que es un disco profundo. Rico en texturas. El oyente se va a tener que involucrar de lleno. ¿Teméis el riesgo? ¿Que el oyente no conecte?
Efectivamente no es un disco en el que te quedes con todo a la primera pero creemos que sí deja poso con una única escucha. Obviamente, si quieres disfrutarlo plenamente necesita que te tomes tu tiempo o, más que tu tiempo, que encuentres el estado de ánimo adecuado para involucrarte en él. Puede que sea un riesgo pero no nos preocupa demasiado ya que es algo que no está en nuestras manos.





“Butes” tiene una letra basada en la mitología griega. ¿El resto de cortes también van por ahí?

No, el resto de canciones no tienen nada que ver con la mitología griega. El proceso lírico comienza creando melodías a la par que va surgiendo la música instrumental en el propio local de ensayo. Posteriormente se crea un “grupo de trabajo” que sobre esas melodías va encajando las letras. Sí que es cierto que en un tema que dejamos fuera del disco por falta de espacio en el vinilo, “Long blind wild sky”, la letra está basada en un viaje de Apolonio, pero en el resto de temas la letra surgía de lo que nos transmitía la música a las cuatro personas de ese “grupo de trabajo”: Cameron Webster, que es un cantautor amigo del grupo cuyo idioma materno es el inglés; Javier Arbulu, un cantante-escritor-poeta también amigo nuestro, y como lo hacíamos todo en casa de Javi, después de cenar, se solía unir su chica Esti. Poníamos la canción varias veces y pensábamos en imágenes que nos transmitiera esa música. Y donde coincidíamos un poco todos, íbamos tirando por ahí. La verdad es que fue un proceso muy interesante.

“Butes” de nuevo. Pascual Quignard. ¿Cómo se os ocurrió esa referencia?
Pascual Quignard surgió por Javier Arbulu. Cuando escuchamos ese tema por primera vez todos juntos para hacer la letra, nos vino a la cabeza la imagen de alguien lanzándose al vacío sin miedo a nada. Enseguida Javi se acordó de un libro de Pascual llamado Butes. Las letras las hacíamos en la biblioteca de Arbulu, que no es pequeña precisamente. Así que saco el libro, estuvimos leyendo cosas sueltas y nos pareció que encajaba muy bien con la idea que nos había surgido de la canción. Le robamos algunas frases cambiándolas a nuestra manera para que entraran con la melodía, e hicimos más frases nosotros, pensando en todo momento en lo que decía Pascual en su libro. En “Drums for Sitting Bull” por ejemplo, cada vez que lo escuchábamos nos venía a la cabeza la imagen de indios. Arbulu se acordó de un poema de Kafka, precioso, por cierto, que habla de un indio y lo reinterpretamos para que entrara con la melodía. Hubo otra canción que surgió de unas imágenes progresivas que se le ocurrieron a Cameron y el resto de temas los hicimos con imágenes en las que coincidíamos un poco todos y tirábamos por ahí.



Khoa Le. Ilustradora coreana que ya fue protagonista de “Beats to Olarizu” repite en “Given to Emptiness”. ¿Cómo surgió el contacto? ¿Cuál es el proceso? ¿Escogéis entre sus trabajos o hay algún tipo de feedback?
Rober, bastante antes incluso de que pensáramos en grabar el primer disco, enredando en la red topó con ilustraciones de Khoa y le gustó mucho su trabajo, especialmente una ilustración. Contactó con la idea de comprar esa ilustración para su colección personal pero ella no estuvo por la labor de venderla. Al llegar el momento de decidir el arte gráfico del primer disco, Rober nos mostró su trabajo y a todos nos encantó. Contactamos proponiéndole la idea de crear algo exclusivo para el disco y, a pesar de no haber trabajado nunca para un grupo de música, aceptó. Le enviamos los temas y le dimos carta libre para que trabajara sobre lo que la música le sugería. Así surgió el artwork de “Beats of Olarizu”. Para “Given to emptiness” directamente le dijimos que queríamos una ilustración suya en concreto. Aceptó, y la ilustración que originalmente quiso adquirir Rober se ha convertido en la del disco. Sobre ella Artidoto, un diseñador cántabro, realizó el artwork final.

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