THE WALKING DEAD. Reflexiones sobre el capítulo 5x15 (Spoiler)
5x15. Try.
La quinta temporada de The Walking Dead afronta su recta final. A falta de un capítulo doble que rondará los 90 minutos todo ha sido contado. La entrega número 15 de la quinta temporada resultó ser uno de los capítulos más interesante de la historia de la serie. Y esta vez no tuvo nada que ver la acción equipoAesca que tanto gusta a gran números de sus seguidores, hasta el punto de no pedir otra cosa que tiros y explosiones en diferido.
Fue estelar incluso su puesta en escena. Deanna inserta un cedé en un mini equipo hifi y le da al play. Suena "Somewhat Damaged", de Nine Inch Nails. Con un montaje de imágenes en las que se muestra a diferentes personajes en diferentes situaciones, el capítulo ahonda en su principal tesis: la imposibilidad de volver a vivir con normalidad. Poniendo especial énfasis en el grupo de Rick, que ya no es que sienta esa imposibilidad de pasar página y recluirse entre los muros de Alexandria para siempre, es que le resulta insoportable el mero ejercicio de tratar de olvidar el monstruo en el que se han convertido. O quizá, el monstruo que ha salido a la superficie cuando las condiciones lo han hecho posible.
Nada es normal por mucho que busquen que sea normal. No es normal que Deanna, su hijo mayor y su marido pongan un mix de Aiden, su hijo fallecido como comida de caminantes, para recordar su pérdida y que pongan el primer tema del excelente "The Fragile". Nadie haría tal cosa. Cierto que el título de la composición escogida, "Somewhat Damaged" (Algo dañado), ya anuncia lo que ocurrirá en el capítulo. Tampoco es normal que Carol esté haciendo macarrones "funerarios" como si fuera una ama de casa normal y corriente yanqui de cualquier película yanqui. O la obsesión de Sasha con el holocausto zombi. Todo eso, intercalado con imágenes de caminantes. El mensaje parece claro: pese a que busques la normalidad, si el problema persiste, el problema no se arregla solo.
¿Qué ocurre en el capítulo? Básicamente asistimos a un debate socio político entre la política y el militarismo. Entre un discurso arraigado en la doble moral cristiana y el pragmatismo político más hipócrita representado en la figura de Deanna y otro ideario basado en la fuerza y la justicia por la fuerza encarnado por un Rick sicótico y totalmente pasado de rosca.
El problema es el tío más alto que Rick al que Rick quiere levantarle la mujer. Y si es necesario, lo matará para conseguir tirarse a su mujer. Ocultando que ese es el motor que lo mueve, Rick articula una oda a la libertad y la supervivencia estrictamente basado en la fuerza, y por lo tanto fascista, que marca una línea clara en favor del ajusticiamiento directo o indirecto como vía necesaria para salvar vidas. Rick tiene su parte de razón si no fuese porque, en parte, estuviese pensando con su polla. Es indudable que un maltratador es un problema que ha de ser tratado social o políticamente. ¿Hay que eliminarlo? ¿Hay que aislarlo? ¿Hay que tratarlo? Como el clima no es precisamente favorable a idealismos, Rick y las pistolas juegan su baza: dentro corremos el mismo peligro que fuera y se pueden solucionar las cosas de la misma manera. Si algo te hace peligrar, lo eliminas. Y si es necesario eliminarlo con disimulo, la posibilidad está ahí fuera.
Deanna se encarga de frenar el "golpe de asentamiento" de Rick con un discurso político cargado de pragmatismo e hipocresía. Como decíamos antes, el problema, no éste si no el que afronta todo el mundo desde que las cámaras llegaron a Alexandria, es el tío rubio y alto casado con la rubia a la que Rick tiene metida entre ceja y ceja. Deanna tiene el problema localizado y, en cierto modo, tratado. Claro que, moralmente, al igual que el de Rick, su discurso deja mucho que desear. El tío más alto que Rick es cirujano y ha salvado muchas vidas y puede salvar más. El riesgo de que mate a su mujer de una paliza está ahí, Deanna es consciente. Si llegase a hacerlo, lo mandarían fuera de los muros. Mientras tanto, que la rubia dure para siempre porque si no, adiós cirujano. Y claro, ahora que Rick quiere cargárselo por justicia y por apetito sexual, Deanna plantea que eliminar a alguien no es moral ni democrático ni algo que se haga en Alexandria.
W.
Resulta interesante, es algo que los guionistas de la serie suelen lograr cuando se meten en estos terrenos, que ambos tengan parte de razón entendiendo su discurso como parte de una situación imposible que requiere de medidas imposibles y que en circunstancias normales, podrían arreglarse de otra forma, ¡o exactamente de la misma! Si nos cargamos al cirujano no podremos salvar vidas. Si no financiamos a los bancos con dinero público no te podemos garantizar la vida tal y como la conoces. Mensajes del miedo con partes de verdad y demasiadas partes de mentira.
Los personajes de Alexandria, y Alexandria, son más elementos de atrezzo y problemáticas que personajes reales. Son cuestiones que ponen a prueba la capacidad analítica del grupo de Rick. Ponen a prueba su moral, su ideario democrático, sus necesidades fascistas y sus premisas supervivientes. Deanna no es realmente un personaje, es una idea. Y es parte de un debate que también se da entre nosotros, donde los muertos vivientes únicamente lo son de una forma figurada.
El ambiente, tenso y espeso durante todo el capítulo, revienta en una pelea entre Rick y el cirujano más alto que Rick. Deanna, la política pragmática, la demócrata hipócrita, intenta parar la pelea. Rick, el militar, el fascista empalmado, desafía a Deanna. Y entonces, Michonne, que no olvidemos, es la otra policía/militar de Alexandria, deja KO a un Rick que, quizá, se mereciese dormir unas horas para que la sangre le volviese al cerebro. Esto es, "golpe de asentamiento" abortado por el brazo militar del régimen establecido. Porque Michonne, no quiere volver ahí fuera aunque en su grupo, todos, ella incluida, saben que tendrán que volver.
Y fuera están Daryl y el hombre vestido de Cortefiel. Alumbrando la catástrofe. Buscando pistas que nos lleven a la fatalidad de la
w.
La quinta temporada de The Walking Dead afronta su recta final. A falta de un capítulo doble que rondará los 90 minutos todo ha sido contado. La entrega número 15 de la quinta temporada resultó ser uno de los capítulos más interesante de la historia de la serie. Y esta vez no tuvo nada que ver la acción equipoAesca que tanto gusta a gran números de sus seguidores, hasta el punto de no pedir otra cosa que tiros y explosiones en diferido.
Fue estelar incluso su puesta en escena. Deanna inserta un cedé en un mini equipo hifi y le da al play. Suena "Somewhat Damaged", de Nine Inch Nails. Con un montaje de imágenes en las que se muestra a diferentes personajes en diferentes situaciones, el capítulo ahonda en su principal tesis: la imposibilidad de volver a vivir con normalidad. Poniendo especial énfasis en el grupo de Rick, que ya no es que sienta esa imposibilidad de pasar página y recluirse entre los muros de Alexandria para siempre, es que le resulta insoportable el mero ejercicio de tratar de olvidar el monstruo en el que se han convertido. O quizá, el monstruo que ha salido a la superficie cuando las condiciones lo han hecho posible.
Nada es normal por mucho que busquen que sea normal. No es normal que Deanna, su hijo mayor y su marido pongan un mix de Aiden, su hijo fallecido como comida de caminantes, para recordar su pérdida y que pongan el primer tema del excelente "The Fragile". Nadie haría tal cosa. Cierto que el título de la composición escogida, "Somewhat Damaged" (Algo dañado), ya anuncia lo que ocurrirá en el capítulo. Tampoco es normal que Carol esté haciendo macarrones "funerarios" como si fuera una ama de casa normal y corriente yanqui de cualquier película yanqui. O la obsesión de Sasha con el holocausto zombi. Todo eso, intercalado con imágenes de caminantes. El mensaje parece claro: pese a que busques la normalidad, si el problema persiste, el problema no se arregla solo.
W.
¿Qué ocurre en el capítulo? Básicamente asistimos a un debate socio político entre la política y el militarismo. Entre un discurso arraigado en la doble moral cristiana y el pragmatismo político más hipócrita representado en la figura de Deanna y otro ideario basado en la fuerza y la justicia por la fuerza encarnado por un Rick sicótico y totalmente pasado de rosca.
El problema es el tío más alto que Rick al que Rick quiere levantarle la mujer. Y si es necesario, lo matará para conseguir tirarse a su mujer. Ocultando que ese es el motor que lo mueve, Rick articula una oda a la libertad y la supervivencia estrictamente basado en la fuerza, y por lo tanto fascista, que marca una línea clara en favor del ajusticiamiento directo o indirecto como vía necesaria para salvar vidas. Rick tiene su parte de razón si no fuese porque, en parte, estuviese pensando con su polla. Es indudable que un maltratador es un problema que ha de ser tratado social o políticamente. ¿Hay que eliminarlo? ¿Hay que aislarlo? ¿Hay que tratarlo? Como el clima no es precisamente favorable a idealismos, Rick y las pistolas juegan su baza: dentro corremos el mismo peligro que fuera y se pueden solucionar las cosas de la misma manera. Si algo te hace peligrar, lo eliminas. Y si es necesario eliminarlo con disimulo, la posibilidad está ahí fuera.
Deanna se encarga de frenar el "golpe de asentamiento" de Rick con un discurso político cargado de pragmatismo e hipocresía. Como decíamos antes, el problema, no éste si no el que afronta todo el mundo desde que las cámaras llegaron a Alexandria, es el tío rubio y alto casado con la rubia a la que Rick tiene metida entre ceja y ceja. Deanna tiene el problema localizado y, en cierto modo, tratado. Claro que, moralmente, al igual que el de Rick, su discurso deja mucho que desear. El tío más alto que Rick es cirujano y ha salvado muchas vidas y puede salvar más. El riesgo de que mate a su mujer de una paliza está ahí, Deanna es consciente. Si llegase a hacerlo, lo mandarían fuera de los muros. Mientras tanto, que la rubia dure para siempre porque si no, adiós cirujano. Y claro, ahora que Rick quiere cargárselo por justicia y por apetito sexual, Deanna plantea que eliminar a alguien no es moral ni democrático ni algo que se haga en Alexandria.
W.
Resulta interesante, es algo que los guionistas de la serie suelen lograr cuando se meten en estos terrenos, que ambos tengan parte de razón entendiendo su discurso como parte de una situación imposible que requiere de medidas imposibles y que en circunstancias normales, podrían arreglarse de otra forma, ¡o exactamente de la misma! Si nos cargamos al cirujano no podremos salvar vidas. Si no financiamos a los bancos con dinero público no te podemos garantizar la vida tal y como la conoces. Mensajes del miedo con partes de verdad y demasiadas partes de mentira.
Los personajes de Alexandria, y Alexandria, son más elementos de atrezzo y problemáticas que personajes reales. Son cuestiones que ponen a prueba la capacidad analítica del grupo de Rick. Ponen a prueba su moral, su ideario democrático, sus necesidades fascistas y sus premisas supervivientes. Deanna no es realmente un personaje, es una idea. Y es parte de un debate que también se da entre nosotros, donde los muertos vivientes únicamente lo son de una forma figurada.
W.
El ambiente, tenso y espeso durante todo el capítulo, revienta en una pelea entre Rick y el cirujano más alto que Rick. Deanna, la política pragmática, la demócrata hipócrita, intenta parar la pelea. Rick, el militar, el fascista empalmado, desafía a Deanna. Y entonces, Michonne, que no olvidemos, es la otra policía/militar de Alexandria, deja KO a un Rick que, quizá, se mereciese dormir unas horas para que la sangre le volviese al cerebro. Esto es, "golpe de asentamiento" abortado por el brazo militar del régimen establecido. Porque Michonne, no quiere volver ahí fuera aunque en su grupo, todos, ella incluida, saben que tendrán que volver.
Y fuera están Daryl y el hombre vestido de Cortefiel. Alumbrando la catástrofe. Buscando pistas que nos lleven a la fatalidad de la
W.
Como siempre, excelentes reflexiones. Como te decía ayer, querido Maestro de Ceremonias, Rick es como Lobezno. Quiere follar, pero sólo sabe matar. Y va a matar. Y por eso va a volver ahí fuera. Y creo que va a encontrar a Morgan, que es quien puede estar haciendo todo esto de la W. Porque ¿qué pasa con Morgan? Le vi aparecer en un capítulo de esta quinta temporada...
ResponderEliminarEn cualquier caso, un capítulo muy serio, que invita a la reflexión. Lo has llevado (a mi juicio acertadamente) a una batalla entre la democracia hipócrita socio-cristiana y el fascismo sin juicio, pero me alarma mucho sentir lo que sentí anoche al final del capítulo. Que sí, que a Rick/Lobezno se le había ido la perola, pero que no me gustaba demasiado que Michonne le abatiese con ese ansia falsa de querer quedarse tras esos muros. "Ellos son los dueños de este mundo". Y a ese mundo hay que volver. No se puede estar tras esos muros. ¿Para qué derribar a Rick? ¿Para intentar "reconducir" la situación? ¿Después de la puerta giratoria? ¿Después de ese señor con perilla contando mentiras a la cámara de la "Gran Hermana" Deanna? ¿Después de Nine Inch Nails sonando en un funeral de verdad van a contarme que esa gente es DEMÓCRATA? Matarlos a todos, me pidió el cuerpo anoche. Y quedaros con el pueblo.
(A veces me inquieto y me incomodo en mi sofá, sintiendo estas cosas).
Pues a me encanta Deanna y su filosofía, o te adaptas a las reglas o te vas fuera, cierto es que en este caso queda bastante claro que el cirujano no está peor que Rick y eso que no ha pasado por las penurias que ha pasado él y queda bien claro que o lo ajusticiaban o iba a morir más gente. Rick no me parece fascista para nada simplemente es un paranoide que ve la muerte por las esquinas.
ResponderEliminarPues a me encanta Deanna y su filosofía, o te adaptas a las reglas o te vas fuera, cierto es que en este caso queda bastante claro que el cirujano no está peor que Rick y eso que no ha pasado por las penurias que ha pasado él y queda bien claro que o lo ajusticiaban o iba a morir más gente. Rick no me parece fascista para nada simplemente es un paranoide que ve la muerte por las esquinas.
ResponderEliminar