The Twilight Sad "Nobody Wants to Be here & Nobody Wants to Leave" (2014)
POSTALES NOCTURNAS SOBRE LA SOLEDAD
El trío escoces ha creado uno de los discos más sobrecogedores y dramáticos del año. Visual, nocturno y dañino, el álbum es un tratado sobre el dolor que rodea el amor.
Hay discos que fluctúan entre lo visual, lo literario y lo musical. Puede ser que simplemente la música invite a la imaginación a un baile con lo visual y lo literario. O que el arte conjugue elementos y haga que quien disfrute activamente pueda viajar mentalmente a escenarios que solo existen en la imaginación. "Nobody Wants to Be here & Nobody Wants to Leave", cuarto disco de estudio de la banda escocesa The Twilight Sad, es una de esas obras.
Desconociendo por completo de qué iba este trío en el pasado, su nuevo paso discográfico funciona como una concatenación de atmósferas sofocantemente oscuras, borrosas y eminentemente tristes. Los diez temas que conforman "Nobody Wants to Be here & Nobody Wants to Leave" funcionan como postales nocturnas sobre la soledad, la tristeza o la imposibilidad de mantener una relación que no finalice en fracaso y dolor.
Musicalmente, The Twilight Side han llegado a este punto convertidos en un cruce de Depeche Mode, The Cure, Editors y The National. Referencias que se besan entre sí. Que se funden y que por momentos costará diferenciar donde empiezan y donde acaban.
"The Last January" en versión videoclip.
"Ella no volverá. Hay una chica en la esquina. Llora por ti. Va a morir por ti. Ella no volverá", reza el gráfico y sobrecogedor inicio de "There's a Girl in the Corner". Da la impresión de que The Twilight Sad construyan su propuesta alrededor de las letras. Primero el texto. Con cosas como "Te veo de noche. Te observo. No te preocupo". Luego la muerte como una cortina que oculta la noche tras una ventana. Solo que en realidad no es una cortina, son capas. Capas en forma de arreglos de teclados con ecos de Depeche Mode o en forma de guitarras sangrantes e hirientes. "Dicen que no ganaré".
"Nobody Wants to Be here & Nobody Wants to Leave" es una de esas sorpresas de temporada capaces de hacerte sentir como un adicto al dolor. Un disco de notable raspado con momentos estratosféricos como "There's a Girl in the Corner", "The Last January" o "In Nowheres" que alcanzan el sobresaliente. Uno de esos discos que estará entre lo mejor del año pero que será incapaz de aguantar el peso, y el paso, del tiempo en unos años. Disfrutable. Tortuoso.
7.0
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